LA ALHAMBRA DE GRANADA



                                                LA ALHAMBRA DE GRANADA
 
El nombre de Alhambra tiene su origen etimológico de la lengua árabe " Al- Hamrá" con significado en castellano "Castillo Rojo" debido al tono rojizo de las torres y murallas alzadas con ladrillo de arcilla ferruginosa que rodean la Sabica.
El conjunto arquitectónico de la Alhambra está situado en Granada en la comunidad autónoma de Andalucía; es una ciudad palatina andalusí conformada por palacios, jardines y la fortaleza que alberga una ciudadela dentro de la propia ciudad de Granada, esta servía de alojamiento al monarca u a su corte .
La Alhambra destaca por el conjunto del arte andalusí y por su localización y adaptación a la naturaleza preexistente. En 2016 fue el monumento más visitado de España con 2.615.188 turistas .


Este magnífico enclave se ubica en lo alto de la colina de al-Sakiba y al este por la cuesta del Rey Chico y el norte limitado por el Valle del Río Darro que a su vez separa del Albaicín y del Generalife.


 Se tiene constancia por primera vez de ella en el siglo IX, cuando en 889 Sawwar ben Hamdun tuvo que refugiarse en la Alcazaba y repararla debido a las luchas civiles que azotaban por entonces al Califato cordobés, al que pertenecía Granada. Posteriormente, este recinto empezó a ensancharse y a poblarse, aunque no hasta lo que sería con posterioridad, ya que los primeros monarcas ziríes fijaron su residencia en lo que posteriormente sería el Albaicín.

A pesar de la incorporación del castillo de la Alhambra al recinto amurallado de la ciudad en el siglo XI, lo que la convirtió en una fortaleza militar desde la que se dominaba toda la ciudad, no sería hasta el siglo XIII con la llegada del primer monarca nazarí, Mohamed ben Al-Hamar (Mohamed I, 1238-1273) cuando se fijaría la residencia real en La Alhambra. Este hecho marcó el inicio de su época de mayor esplendor.

Primero se reforzó la parte antigua de la Alcazaba, y se construyó la Torre de la Vela y del Homenaje, se subío agua del río Darro, se edificaron almacenes, depósitos y comenzó la construcción del palacio y del recinto amurallado que continuaron Mohamed II (1273-1302) y Mohamed III (1302-1309), al que también se le atribuyen un baño público y la Mezquita sobre la que se construyó la actual iglesia de Santa María.

A Yusuf I (1333-1353) y Mohamed V (1353-1391) les debemos la inmensa mayoría de las construcciones de la Alhambra que han llegado a nuestra época. Desde la reforma de la Alcazaba y los palacios, pasando por la ampliación del recinto amurallado, la Puerta de la Justicia, la ampliación y decoración de las torres, construcción de los Baños y el Cuarto de Comares, la Sala de la Barca, hasta el Patio de los Leones y sus dependencias anexas. De los reyes nazaríes posteriores no se conserva prácticamente nada.

De la época de los Reyes Católicos hasta nuestros días podemos destacar la demolición de parte del conjunto arquitectónico por parte de Carlos V para construir el palacio que lleva su nombre, la construcción de las habitaciones del emperador y el Peinador de la Reina y el abandono de la conservación de la Alhambra a partir del siglo XVIII. Durante la dominación francesa fue volada parte de la fortaleza y hasta el siglo XIX no comenzó su reparación, restauración y conservación que se mantiene hasta la actualidad.
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A continuación se procederá a la explicación de algunas de sus principales partes:

-LA ALCAZABA: ORÍGENES Y FUNCIONES
Estaba organizada por la estructura militar, los palacios y la población; la cual ocupaba la mayor parte de dicho conjunto. Pero ahora nos centraremos en la primera de ellas en la cual a su vez distinguimos entre murallas, puertas, torres y el cuartel general de las tropas (Alcazaba) .
La alcazaba cumplía la función de defensa milicia.
 Las condiciones de su enclave eran idílidas para realizar su función, abastecerse de agua en abundancia y defender la rica superficie de la Vega.
Como curiosidad destacamos  que las noticias más vetustas datan del S.IX que se refieren a la existencia de otra construcción primitiva de la que apenas quedan unos sillares que fueron aprovechados para el levantamiento del lienzo interior de la muralla norte.
El visir judío Samuel ibn Nagrella mandó edificar esta fortaleza en el S. XI (con modificaciones al Patio de los Leones).
Muhammad I quiso alcanzar una mayor independencia y seguridad que prestaba la Alcazaba del Albaicín . En este periodo se levantan las torres y se reforzaron algunas murallas.
Tras la Reconquista por parte de los Reyes Católicos , se añaden las espadaña y la Campana de la Torre de la  Vela .
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-PUERTAS, TORRES Y BARRIO CASTRENSE
 La Alcazaba tiene dos puertas principales. La mayor es la de las armas la cual está diseñada en una torre que sobresale de la muralla, justifica una doble función civil y militar que ornamenta las edificaciones militares. Dicha puerta está apuntalada por un arco de  herradura hecho de ladrillo que da al exterior. El pasillo interior está cubierto  por bóvedas y cúpulas; este pudo desempeñar una función de descanso para la milicia .
El suelo está conformado por cantos rodados mampuestos con argamasa.

Las torres eran el elemento defensivo clave de tal magnífica fortaleza . Encontramos dos tipos:
Torre vivienda/almacén y la torre defensiva (soldados que disponían de una pequeña estancia)
Normalmente eran pequeñas pero posteriarmente los almohades aumentan su tamaño debido a las influencias orientales. Ejemplos de ello son la Torre de la Vela y la Torre del Homenaje .

      -Torre de la Vela
 
Su interior está compuesto de cuatro pisos, sótano con mazmorra y terraza en la parte superior, utiliza en sus plantas soluciones constructivas como pilares de ladrillo, bóveda central y galerías laterales también abovedadas. Su parte más baja es más maciza para la estabilidad de la torre, y según se asciende el espacio interior es más amplio. Originalmente y como elemento defensivo, tuvo almenas en su terraza perdiéndose por el tiempo a consecuencia de seísmos. Un elemento importante es la campana situada en su terraza, el resonar de ella, alertó y sirvió de llamamiento en numerosas ocasiones a la población por diversas causas, levantamientos, conmemoraciones, ordenanzas, etc.
La base de la torre, es recorrido por una barbacana, que era el camino natural de acceso al interior de la Alcazaba, independiente del recinto amurallado. Comunica con la gran puerta de las Armas, y la edificación destinada a las caballerizas.

   -Torre del Homenaje

 
La Torre del Homenaje es una de las más antiguas (época califal) y de las más elevadas,  tiene entre 22 y 26 metros de largo y se levanta la parte más elevada de la fortaleza. Además fue la entrada primitiva a la Alcazaba. Comparando entre sus restos arqueológicos, parece que fue reedificada por órdenes de Muhammad I, (Al Ahmar) sobre las ruinas de otra torre más antigua datada del siglo XI.

Esta torre está formada por seis plantas y una terraza: una mazmorra subterránea (también usada como almacén de especias, sal y grano), una planta baja independiente del resto y cuatro pisos. En tres de ellos se cubre la estancia central con un juego de bóvedas y el último piso cuenta con un patio interno abierto a la terraza con habitaciones a su alrededor; según parece fue la primera residencia real de la Alhambra, residencia de Muhammad I.

    -Barrio Castrense

Se accede por una puerta del S.XI en la que se alzan dos elementos importantes paralelos a la Calle Real . El primero de ellos era con fin del abastecimiento acuático y el segundo es el baño (es destacable en la vida musulmana).










                                                         


-Las puertas
e encuentra en la muralla sur de la fortaleza junto al Pilar de Carlos V y constituye la actual entrada principal al conjunto de la Alhambra. Según reza la inscripción que se encuentra sobre el arco de la puerta interior, fue construida por Yúsuf I(1333-1353), llamada «Bib Axarea» o puerta de la explanada y terminada en el mes de la Natividad magnificada de 749 (Junio de 1348 de la era cristiana).

La Puerta de la Justicia es también conocida como Puerta de la Explanada por el amplio espacio que se extendía ante ella. Su majestuosa figura preside todo el espacio y se ha convertido en uno de los símbolos de la Alhambra.
De hecho, aparte de su función estructural, esta Puerta posee uno de los valores simbólicos más destacados de la Alhambra: la mano en la clave del gran arco de fachada y la llave en la clave del arco de entrada (símbolos islámicos), contrastan con la imagen gótica de la Virgen y el Niño, de Roberto Alemán, emplazada por orden de los Reyes Católicos sobre la inscripción árabe fundacional de la puerta.
Cuatro columnas adosadas en cuyos capiteles aparece la profesión de Fe musulmana, enmarcan el portón de la entrada que ha conservado sus hojas de madera chapadas en hierro y demás herrajes originales, recientemente restaurados.
El interior, como es característico de estas construcciones defensivas, se desarrolla en doble recodo, salvando un pronunciado desnivel, cubierto sucesivamente por bóvedas de aristas y una cúpula, pintadas con ladrillo rojo fingido, una de las características de la arquitectura nazarí.
A la salida se construyó, a petición de los vecinos de la Alhambra en 1588, un Retablo, obra de Diego de Navas el Joven, en el lugar en que se celebró la primera Misa tras la conquista. La cara interior de la Puerta conserva parte de la preciosa decoración original de rombos cerámicos en las albanegas del arco de herradura.
Frente a ella se desarrolla una amplia calle antemuro, al pie de la muralla, reforzada tras la  conquista, mediante restos de lajas sepulcrales. Continuando brevemente el ascenso de la calle se desemboca en el punto de inicio del itinerario oficial de visita, la fachada de la Puerta del Vino, ante la Plaza de los Aljibes. 

-Puerta de la Justicia:  La Puerta de la Justicia es también conocida como Puerta de la Explanada por el amplio espacio que se extendía ante ella. Su majestuosa figura preside todo el espacio y se ha convertido en uno de los símbolos de la Alhambra. 

-Palacio de los Leones: 
En este palacio el arte nazarí alcanza su máximo esplendor, en el que se alcanza una belleza de una sensibilidad y armonía incomparables, donde la luz, el agua, el colorido, la decoración exquisita, convierte a este palacio en una maravilloso placer para los sentidos, en el que se deja atrás el periodo anterior de decoraciones más abstractas y geométricas para dar paso a un estilo más naturalista, sin duda influjo de lo cristiano, acrecentado por la amistad que mantuvieron Mohamed V y Pedro I, el Cruel, por aquel entonces monarca cristiano.
Cuando Mohamed V sucedió a su padre Yusuf I (1377), no se limitó a terminar las reformas que éste había comenzado, sino que comenzó a construir lo que sería su gran obra, el magnífico legado que nos dejó en la Alhambra: el Palacio de los Leones. Este palacio constituía las estancias privadas de la familia real, y se construyó en el ángulo que forman los Baños y el Patio de los Arrayanes.
El palacio está compuesto por un patio central rodeado de galerías de columnas a modo de claustro cristiano, que permite el acceso a distintas salas: al oeste la de los Mocárabes, al este la de los Reyes, al norte la de Dos Hermanas, Ajimeces y Mirador de Daraxa y al sur la de los Abencerrajes y el Harén. No hay ventanas que miren al exterior, pero sí hay un jardín interior como corresponde a la idea musulmana del paraíso. Lo que hoy es tierra en el patio, fue jardín. De cada sala fluyen 4 arroyos que van al centro: los 4 ríos del paraíso. Las columnas se unen con paños calados que dejan pasar la luz. Fustes cilíndricos muy delgados, anillos en la parte superior, capiteles cúbicos sobre los que corren inscripciones. Las planchas grises de plomo son amortiguadores para los terremotos. Los dos templetes que avanzan a los dos lados opuestos del patio son como un recuerdo de la tienda de campaña de los beduinos. Son de planta cuadrada, decorados con cúpulas de madera que se apoyan en pechinas de mocárabes. El alero es obra del siglo XIX. Toda la galería está techada con artesonado de lacería.


-Sala de los Mocárabes:  El Palacio de los Leones se estructura en torno a dos núcleos de vivienda y dos espacios de representación, ambivalentes. De estos últimos, el primero en reconocerse es la Sala de los Mocárabes que debió servir de habitación vestibular o de recepción, al encontrarse próxima a la entrada principal del Palacio.
A ella se accede por tres grandes arcos de mocárabes, ricamente decorados, que le sirven de iluminación y aireación, además de permitir desde el interior una bella perspectiva del patio.
Su denominación procede de la bóveda que originalmente cubrió la estancia. Esta bóveda debió ser de una extraordinaria riqueza decorativa y que, dada su fragilidad material, el yeso, sufrió de manera irreparable las consecuencias de la explosión de un cercano polvorín en 1590, siendo derribada y sustituida parcialmente por la que actualmente subsiste, en el siglo XVII, con motivo de una visita a Granada del Rey Felipe V.
Complementario a la Sala de los Mocárabes debió ser el retrete situado junto a ella, al que se accedía por la puerta frontera a la entrada del Palacio.
La sala de los Mocárabes es la más sencilla de todas las salas del Cuarto de los Leones. Se encuentra a la entrada antigua del palacio, y su nombre se debe a la bóveda de mocárabes que la cubría, y que fue demolida debido al mal estado en que quedó tras la explosión de un polvorín en 1590. Se dividió la sala en dos partes: la parte izquierda se cubrió con una bóveda elíptica y se separó, sobre 1636, de la derecha con una reja. En sus paredes se pueden observar fajas de yeserías entre las que se encuentran el escudo y el lema nazarí. Desde 1863 se pueden observar los restos de la bóveda original. Pervive en parte otra cristiana de medio cañón en la que están señaladas la F y la I, pero no corresponden a las siglas de los Reyes Católicos, Fernando e Isabel, sino a Felipe V e Isabel de Farnesio que vinieron a la Alambra en 1729. Esta sala, situada justo al lado de la entrada medieval, pudo ser el zaguán de espera para los invitados del sultán en fiestas y recepciones. El acceso al Patio de los Leones se hace a través de tres arcos de mocárabes.
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- Sala de los abencerrajes
Se encuentra situada frente a la Sala de Dos Hermanas, y su nombre se debe a que la tradición popular asegura que en esta sala fueron degollados los caballeros Abencerrajes, aunque los autores no se ponen de acuerdo sobre qué monarca ordenó su ejecución.
Esta sala fue alcoba del sultán. Al ser cuarto privado no hay ventanas al exterior. Los muros están ricamente decorados. El estuco y los colores son originales. El zócalo de azulejos es del siglo XVI, de la fábrica Sevillana de azulejos. La cúpula está decorada con mocárabes, en el suelo, en el centro, una pequeña fuente servía para reflejar la cúpula de mocárabes, que al estar ricamente decorada, conseguía una luz encantadora y mágica, pues al entrar la luz por la parte superior iba cambiando según las distintas horas del día. De la pila baja sale un canalillo que conduce el agua hasta la fuente de los Leones.
La Sala de los Abencerrajes tiene una gran historia. Se dice que 36 caballeros murieron aquí cuando Boabdil los sacrificó. Los Abencerrajes eran muy populares en la ciudad y eran la personificación de todo es noble y es caballeresco. El ejército no tenía igual. Aunque probablemente no sea la verdad que el rey los sacrificó, hay un rojo, el color de sangre, entre las baldosas del suelo en esta sala.
La entrada a la sala presenta dos arcos separados por un corredor que comunica con el piso alto, a la izquierda, y con el vestíbulo de la entrada primitiva al palacio, a la derecha. El cuadrado central de la sala posee alcobas en sus laterales, con arcos decorados de manera exquisita cuyas columnas poseen capiteles azules, y techos con pinturas. Las paredes presentan cubiertas de yeserías y un zócalo de azulejos del siglo XVI, de estilo renacentista. Sobre ocho trompas de mocárabes encontramos una magnífica cúpula también de mocárabes. En estas trompas podemos leer la siguiente inscripción: «No hay más ayuda que la que viene de Dios, el clemente y misericordioso». Las ventanas situadas en el comienzo de la cúpula dejan pasar una luz tenue que ilumina sus mocárabes, dándole un aspecto mágico. El piso alto parece que estuvo dedicado al Harén (harim), y por tanto era un espacio exclusivamente femenino. Un extraordinario mirador, abierto al patio por tres arcos, que tendría en su época una celosía, permitía la contemplación de las concubinas del mismo sin originales de esta sala, con un labrado extraordinario. La sala de los Abencerrajes pudo ser la estancia de fiestas en el invierno, aislado por sus gruesas puertas de madera y calentado por los braseros de cerámica o piedra, y las concubinas bajarían desde el Harém superior cuando el sultán las requería.
Se encuentra situada frente a la Sala de Dos Hermanas, y su nombre se debe a que la tradición popular asegura que en esta sala fueron degollados los caballeros Abencerrajes, aunque los autores no se ponen de acuerdo sobre qué monarca ordenó su ejecución.
Esta sala fue alcoba del sultán. Al ser cuarto privado no hay ventanas al exterior. Los muros están ricamente decorados. El estuco y los colores son originales. El zócalo de azulejos es del siglo XVI, de la fábrica Sevillana de azulejos. La cúpula está decorada con mocárabes, en el suelo, en el centro, una pequeña fuente servía para reflejar la cúpula de mocárabes, que al estar ricamente decorada, conseguía una luz encantadora y mágica, pues al entrar la luz por la parte superior iba cambiando según las distintas horas del día. De la pila baja sale un canalillo que conduce el agua hasta la fuente de los Leones.
La Sala de los Abencerrajes tiene una gran historia. Se dice que 36 caballeros murieron aquí cuando Boabdil los sacrificó. Los Abencerrajes eran muy populares en la ciudad y eran la personificación de todo es noble y es caballeresco. El ejército no tenía igual. Aunque probablemente no sea la verdad que el rey los sacrificó, hay un rojo, el color de sangre, entre las baldosas del suelo en esta sala.
La entrada a la sala presenta dos arcos separados por un corredor que comunica con el piso alto, a la izquierda, y con el vestíbulo de la entrada primitiva al palacio, a la derecha. El cuadrado central de la sala posee alcobas en sus laterales, con arcos decorados de manera exquisita cuyas columnas poseen capiteles azules, y techos con pinturas. Las paredes presentan cubiertas de yeserías y un zócalo de azulejos del siglo XVI, de estilo renacentista. Sobre ocho trompas de mocárabes encontramos una magnífica cúpula también de mocárabes. En estas trompas podemos leer la siguiente inscripción: «No hay más ayuda que la que viene de Dios, el clemente y misericordioso». Las ventanas situadas en el comienzo de la cúpula dejan pasar una luz tenue que ilumina sus mocárabes, dándole un aspecto mágico. El piso alto parece que estuvo dedicado al Harén (harim), y por tanto era un espacio exclusivamente femenino. Un extraordinario mirador, abierto al patio por tres arcos, que tendría en su época una celosía, permitía la contemplación de las concubinas del mismo sin originales de esta sala, con un labrado extraordinario. La sala de los Abencerrajes pudo ser la estancia de fiestas en el invierno, aislado por sus gruesas puertas de madera y calentado por los braseros de cerámica o piedra, y las concubinas bajarían desde el Harém superior cuando el sultán las requería.

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El Harén

El Harén era un espacio exclusivamente femenino. Un extraordinario mirador, abierto al patio por tres arcos, que tendría en su época una celosía, permitía la contemplación de las concubinas del mismo sin originales de esta sala, con un labrado extraordinario.
Al contrario de lo que popularmente se piensa que era un Harén, éste no es más que el hogar del mandatario, donde no hay recepciones oficiales, ni protocolo, en definitiva, donde el monarca desarrollaba su vida familiar dentro del palacio, lejos de la idea de que el Harén era donde el sultán mantenía a sus esposas alejadas del resto del mundo, constantemente vigiladas por una corte de eunucos, y donde sólo el sultán tenía el acceso permitido. Muy al contrario, la tradición dice que un día Mahoma se encontraba jugando con sus nietos, pero el profeta recibía muy a menudo y sin previo aviso visitas de amigos y fieles. Así que aquél día un grupo de fieles llegó a visitarlo sin avisar y descorrió la cortina tras la que Mahoma se revolcaba en el suelo con los niños. Parece ser que el sorprender al gran maestro en aquella actitud no fue del agrado ni del profeta ni de sus discípulos, por lo que, tras aquel incidente, Mahoma empezó a hablar a sus seguidores de que era necesario habilitar una parte de la casa para uso exclusivo de la familia, donde estuviese prohibida la entrada a los visitantes.


Sala de los Reyes

Ocupa todo el lado oriental del patio. Llamado así por la pintura que ocupa la bóveda del cuarto central. Es la sala más larga del Harén, dividida en 3 cuartos iguales y dos pequeños que pudieran ser armarios, por su emplazamiento y falta de iluminación. Probablemente destinada a fiestas familiares.
Esta sala se la denomina de los Reyes por el tema de una pintura que podemos observar en la cúpula central. También se la llamó de la Justicia y del Tribunal a partir del siglo XVIII. Se accede a ella desde la cabecera del Patio de los Leones por tres pórticos con arcos triples de mocárabes y decorados con rombos calados, sostenidos por finas columnas. Por su disposición, la sala queda dividida en siete partes: tres habitaciones cuadradas, separadas por dos tramos rectangulares y alcobas en los extremos. En las habitaciones cuadradas se observan cúpulas de mocárabes y se accede a los tramos rectangulares que las separan a través de arcos dobles, tramos que también poseen bóvedas de mocárabes, al igual que las alcobas. Toda esta distribución y decorados realzan la luz que penetra en la sala, en la que se contrasta la pesadez de los arcos con la delicada ornamentación de sus muros, compuesta por inscripciones, así como por un zócalo de alicatados que rodeaba la sala, del que sólo quedan dos fragmentos.


Sala de dos Hermanas

Alcazaba: Fuente en el Jardín de los Adarves La sala de las Dos Hermanas presenta un espacio central de planta cuadrada, con función de mexuar o sala del consejo de visires, cubierto con cúpula de mocárabes sobre tambor octogonal, flanqueado por tres salas laterales, y al fondo se abre el mirador de Lindaraja, como sala del trono, desde el cual, porque los jardines con su fuente se hallaban abiertos sobre Granada antes de las reformas del emperador Carlos V, el sultán podía contemplar la capital del sultanado.
Aunque quizás podamos pensar que el nombre de esta sala provenga de alguna leyenda o hecho acaecido en ella, el nombre de esta sala se debe a dos grandes losas gemelas de mármol que se encuentran en el piso de la sala. Esta sala era el centro que una serie de habitaciones que servían de residencia a la Sultana y su familia real, y se sabe que la madre de Boabdil vivió aquí con sus hijos, tras ser repudiada por Muley Hacén.
La sala de las Dos Hermanas fue construida por Muhammad V durante la primera parte de su reinado (entre 1354 y 1358) y tiene la función de nuevo mexuar del sultán, cuyo trono queda emplazado en el mirador de Daraxa o Lindaraja. Este mexuar de la sala de dos Hermanas tenía función representativa y de aparato, ya que un segundo mexuar con funciones administrativas, que se hallaba anexo, ha desaparecido. En este momento (1362) no se había construido el resto del palacio de Leones, ni el patio ni las demás salas, que debieron edificarse a partir de 1363.
La sala es cuadrada, con techos de lazo y alcobas que comunican con las Habitaciones de Carlos V y, a través de un balcón, con los Jardines del Partal. La entrada a la sala se realiza a través de un arco semicircular festoneado, que conserva las puertas de madera originales. A través de un pasadizo podemos llegar a los aposentos altos, con techos labrados en el siglo XVI. A la cámara del mirador se accede a través de tres pequeños arcos, con mocárabes en los arcos laterales y albanegas labradas en el central. A través de sus ventanas podemos tener una vista del Patio de los Leones.
El pavimento de la sala, de mármol, posee una pequeña fuente con surtidor y un canalillo que conduce el agua hasta el patio de los Leones. El elemento más impresionante de la sala, por su belleza y perfección, es la cúpula de mocárabes que encontramos en su techo, en la que la iluminación ha sido perfectamente estudiada, mediante la abertura de ventanitas laterales, convirtiendo la cúpula en una preciosa flor de una riqueza exquisita, que Ibn Zamrak ya dejó recogida mediante un poema del que podemos encontrar un fragmento sobre un zócalos de azulejos, con irisaciones metálicas. Las paredes de la sala están cubiertas de unas finísimas yeserías con diversos temas, entre los que podemos encontrar tanto el clásico lema de los nazaríes «Sólo Dios es vencedor» como, por ejemplo, unas manos cerradas.


Sala de los Ajimeces

Se le llama así a esta sala por los balcones gemelos de su pared norte, que se asoman al jardín. La sala, que comunica con la Sala de Dos Hermanas y con el Mirador de Daraxa es rectangular y está cubierta por una cúpula de mocárabes, rehecha en el siglo XVI. Sus paredes están decoradas con yeserías con inscripciones religiosas y escudos con el lema nazarí. Un friso rodea la sala bajo la cúpula con una inscripción que reza: «La ayuda y protección de Dios y una victoria espléndida sea para nuestro señor Abu' Abd Allah emir de los muslimes».
Esta estancia recibe su nombre de los cierres que originalmente debieron tener las ventanas geminadas situadas en los ejes de los lados mayores.
Los ajimeces eran balcones volados de madera con celosías, muy utilizados en la arquitectura nazarí, de los que apenas quedan ejemplares aunque se han mantenido, por sus propias características, en algunos conventos de clausura y en la arquitectura popular andaluza, dando lugar con otros materiales, a numerosas variedades.
Se accede a esta Sala a través de un gran arco angrelado, abierto en el muro, en cuyo intradós aparecen las habituales tacas nazaríes. La decoración mural de la Sala, en la parte superior, es a base de yeserías policromadas, quedando la zona inferior sin decoración, probablemente para recibir un tapizado. La bóveda de mocárabes fue rehecha en el primer tercio del siglo XVI.
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Mirador de Daraxa

Tras un proporcionado arco de mocárabes aparece uno de los elementos más bellos y ponderados de los Palacios de la Alhambra: el mirador de Lindaraja, denominación adaptada al castellano de al-'Ayn Dar Aisa, los «ojos de la casa de Aisa», pues en época nazarí era una atalaya abierta al paisaje, ante la que se extendía un jardín bajo.
El umbral del arco de acceso posee los alicatados más agraciados de la Alhambra por su reducido tamaño y ejecución; sobre ellos, las tradicionales tacas se ven sustituidas por sendos arcos ciegos.
El paramento interior del mirador es un resumen perfecto del concepto proporcional en el diseño decorativo arquitectónico nazarí que ha llevado a algunos autores a considerarlo el exponente más claro de un posible «barroco nazarí».
Bajo un arco ciego de mocárabes se desarrolla toda una decoración en yesería policromada, básicamente epigráfica, que enmarca una ventana con doble arco y parteluz que al igual que las ventanas laterales, están situadas en puntos muy bajos para, sentados en el suelo, divisar el paisaje.
Una falsa cubierta con cristales de variados colores, verdadera joya documental, culmina la parte superior de la estancia, probablemente el espacio con un carácter más áulico del Palacio de los Leones.



ABASTECIMIENTO ACUÁTICO DEL COMPLEJO

-FUNCIÓN DEL AGUA

Las funciones principales del abastecimiento acuático eran  primigeniamente primarias , pero posteriormente la necesidad se convirtió en suntuosidad placentera y estética. La primera función fue la necesidad biológica del agua; la segunda de ellas era la productiva (explotación de tierra para abastecimiento alimenticio ); de ello son propios acequias y canales .
La tercera es propiamente ritual para purificar el cuerpo en el rito de la ablución (presencia de baños y pilares en mezquitas ).
La cuarta y última de las funciones era la lúdico-estética en la que el agua cumple el papel de placer sensorial .

-¿CÓMO SE ABASTECE DE AGUA LA ALHAMBRA?

Se abastecía principalmente a través del río Darro mediante la acequia real. El agua llega al recinto fortificado a través de un acueducto que traspasa la muralla junto a la Torre del Agua la cual llena aljibes, riega huertos y nutre fuentes, surtidores , albercas, baños, casas y pilares.
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-FUENTE DE LOS LEONES

En la Alhambra, el Palacio de los Leones marca el momento culminante de su arquitectura. Como síntesis y símbolo de su riqueza decorativa y a la vez de la significación del complejo hidráulico del recinto,  se ha conservado su conocida fuente.

A su función simbólica, se une la utilitaria. Un complicado sistema de funcionamiento permitía mantener el agua en la fuente como una lámina. El cilindro central de la taza la abastecía y evacuaba a la vez, de forma que el agua nunca la desbordaba.
A pequeña escala la Fuente de los Leones es representativa de toda una concepción técnica que permitió la creación de la Alhambra; concepción heredada de tradiciones y experiencias constructivas, a lo largo de muchos siglos de dilatada y fecunda creatividad.
Muhammad V fue el inspirador de este bello palacio construido en su segundo mandato, entre 1362 y 1391, pues había sido derrocado tras apenas cinco años en el poder. Con él se alcanza la etapa de apogeo del sultanato nazarí, de cuyo desarrollo artístico en cierto modo el Palacio de los Leones supone la síntesis de todos sus estilos.
El esquema estructural del Palacio de los Leones es el mismo que el de Comares, aunque en posición transversal a él, que responde al tradicional de la vivienda hispano-musulmana, es decir, en torno a un patio central a cielo abierto que sirve de eje a la vida familiar se distribuyen las habitaciones polivalentes, con planta baja y al menos, una planta superior o algorfa.
El Patio adopta un esquema de crucero, con fuente central, del que se encuentran precedentes y consecuentes tanto en la España musulmana como en el resto del mundo islámico. La perfección proporcional y visual que añade al patio la arquería corrida en todo su perímetro, lo ha convertido en uno de los ejemplos arquitectónicos más universales y admirados.
Tal vez por ello ha venido sufriendo a lo largo del presente siglo una viva polémica, sobre si sus cuatro parterres, marcados por los brazos del crucero, estuvieron pavimentados originalmente o fueron jardines bajos, a un nivel inferior al de andenes y galerías. Existen ejemplares de ambas tipologías, que en cualquier caso no afectan a la grandiosidad y originalidad del Patio.

  
    GENERALIFE
El Generalife fue lugar de descanso para los reyes de Granada y hacienda de explotación agrícola. Destacan sus jardines ornamentales y sus huertos, data de finales del siglo XIII.
Está formado por dos edificaciones unidas entre si por el Patio de la Acequia, el más emblemático de los situados en esta área de la Alhambra. Es en este punto donde se encuentra la Acequia Real, encargada de llevar el agua a todos los huertos y al conjunto en general de la Alhambra.
En su época estaba situado fuera del recinto del monumento, siendo su único acceso desde el paseo de los Tristes, a través de la cuesta de los Chinos.

La Almunia del Generalife era una hacienda ideal para la explotación agrícola y el descanso, con un núcleo de edificación residencial y una vasta extensión de terreno de cultivo y pasto, compartimentada en paratas o bancales mediante cuatro grandes huertas, aprovechando sus perfiles orográficos.
Estas huertas están delimitadas por gruesos muros de contención, algunos de los cuales pueden todavía observarse. Sus nombres castellanos, conservados y transmitidos desde muy antiguo son: "Colorada", "Grande", "Fuente Peña" y "Mercería", cuyos límites actuales deben de coincidir de forma aproximada con los de época medieval. Una dehesa rodea la finca, en la cual se criban caballos, animales de granja e incluso servían de coto de caza para el uso del sultán.
La denominación de Generalife ha recibido diversas interpretaciones a lo largo de su historia, desde "Jardín" o "Huerta del Zambrero", "el más elevado de los jardines" o "casa de artificio y recreo", hasta "Mansión de placer o recreación grande" y "Jardín del citarista", siendo hoy comúnmente aceptado la de Jardín o Jardines del Alarife, es decir, del constructor o arquitecto.
Tras la conquista en 1492, los Reyes Católicos concedieron la finca a un alcaide para su custodia y aprovechamiento. Dicha alcaidía pasó a perpetuidad, a partir de 1631 a la familia Granada-Venegas, hasta que, después de una largo pleito iniciado en el siglo XIX, se incorporó al Estado en 1921.
Varios eran los accesos que tenía en su origen, quedando testimonio de al menos tres de ellos. El más directo comunicaba la Almunia del Generalife con la Alhambra, a través de las huertas. Otro acceso era la entrada por el portón, donde vivían los huertanos, que aún se conserva junto al Pabellón de Entrada. Y el tercero, por el Postigo de los Carneros, en la zona más alta de la finca. Sin embargo, hoy se accede al itinerario oficial ente una serie de paseos de cipreses, trazados con motivo de la visita de Isabel II en 1862.
El Generalife, construido entre los siglos XII y XIV, es el palacio utilizado por los reyes musulmanes como lugar de descanso. Fue concebido como villa rural, donde jardines ornamentales, huertos, patios y edificaciones se integran en las cercanías de la Alhambra.
La entrada al edificio del Generalife presenta una curiosa dualidad. De un lado, su apariencia externa tiene un indudable carácter rural que lo asemeja más a un cortijo que a un recinto palaciego; de otro, el acceso mediante la sucesión de dos patios a distinto nivel, como pasos previos al espacio palaciego, lo emparenta de forma clara con el acceso al propio palacio de la Alhambra.
Las huertas situadas al sur del palacio, entre el camino de los Cipreses y el paseo de los Nogales, se comenzaron a transformar en jardines hacia 1930.

 
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